El conejo blanco de Alicia, en el espejo


Estos dos conejos surgieron del juego entre la tinta y la lavandina.
En uno, pinté toda la hoja con tinta y luego “busqué” al conejo con lavandina, como si lo hiciera aparecer entre las sombras.
En el otro, pinté primero al conejo con tinta, y después lo salpiqué con lavandina, como si cayera sobre él una lluvia de estrellas.

Dos maneras de revelar una figura escondida.
Dos conejos que no huyen, sino que se dejan encontrar del otro lado del espejo.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Alquimia con Tinta y Lavandina

Pugliese, Pugliese, Pugliese!

Egar Allan Poe - Dos rostros, un solo abismo.