Edgar Allan Poe, en acuarela y tinta Les dejo dos versiones del maestro del misterio, el genio que hizo del dolor un arte y de la oscuridad, un lenguaje. A la izquierda, una versión más contenida , trabajada con acuarela y mirada precisa. El trazo es limpio, casi académico, como si intentara atrapar la figura de Poe en una jaula de papel. Hay melancolía, sí, pero también compostura. Un retrato que respira con mesura, como si tratara de sostener el temblor. A la derecha, en cambio, se desata el experimento emocional . La tinta explota, mancha, se derrama con furia y con alma. Acá me deje llevar sin tanto analisis de la imagen de referencia. El rostro emerge desde el agua y la tinta que fluyen con libertad. Es un retrato que no busca agradar, sino invocar . Ambas formas de crear son válidas. Dos modos de mirar al mismo hombre. Dos maneras de abordar el retrato: una que busca entender , otra que se atreve a sentir .
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